Cómo, cómo es que hay quienes son capaces de arrastrarte hacia el abismo con tanta facilidad, tanto que a pesar de que ves el precipicio, vas como pluma placentera que vuela con el viento...
Sientes que estas en lo más alto, leento vuelas, con los ojos cerrados, con un suave fresco que rosa tu cara...
Crees que vuelas, pero no, caes... Crees que lo haces despacio, pero no, es tan rápido que ni lo notas...
Hasta que caes, la caída no duele ni golpea, porque no sabes que es un precipicio, mucho menos una caída, duele cuando abres los ojos, y ella no está... con los ojos cerrados se repite una y otra vez, con cada recuerdo, en cada recuerdo...
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